Lemon:
Inuyasha simplemente negó con la cabeza e incorporándose, comenzó a besar el cuello de Aome. Despacio ella se quitó la camiseta que llevaba mostrando un sujetador de color rosado con flores blancas. Inuyasha tragó saliva y con rapidez se desató los últimos botones de su camisa para después quitarsela de golpe.
De nuevo se acercó a los labios de su hermana y la besó con fuerza mientras introducía su lengua en la boca de ella que le correspondió de igual forma. Pronto Inuyasha la giró y alternó las posiciones, colocándola debajo de él, quien en ese instante acababa de quitarle el sujetador y con mucha delicadeza comenzaba a lamerle los pezones en tanto que Aome soltaba un gemido de placer.
— Inu— gimió Aome con los ojos cerrados por el placer. Inuyasha sonrió para sus adentros. ¡Aome era maravillosa! Justo tras ese pensamiento el chico notó como unas manos agarraban el botón de su pantalón y lo desabrochaban lentamente, para luego bajar la cremallera aún más despacio. Inuyasha jadeó sin poderlo evitar. Incorporándose se quitó el mismo el resto de ropa que llevaba en tanto que Aome hacía lo mismo.
Inuyasha se quedó totalmente mudo ante lo bellísima que era su pequeña. Estaba justo en frente de el, totalmente desnuda, justo como cuando eran unos bebés, pero ahora iba a hacerla su mujer.
Aome por su parte no pudo evitar asustarse ante aquello que Inuyasha tenía entre las piernas. Si… Por fin quedaba esclarecido el por que Inuyasha era el ídolo de las mujeres.
Inuyasha sonrió al ver hacia donde miraba Aome y dando un par de pasos la abrazó con cuidado.
— Te amo pequeña… — susurró mientras los ojos de ella se llenaban de lágrimas sin saber porque.
—Yo también Inu...— dijo ella aferrándose fuertemente al cuello de su hermano.
Incapaz de aguantar más Inuyasha se arrojó encima de ella mientras le besaba los pechos, el vientre y comenzó a descender hasta su sexo. Ni un solo pelo se podía ver en aquel perfecto triángulo y con cuidado el muchacho comenzó a pasar su lengua por él notando inmediatamente que Aome estaba muy excitada. Aome jadeó y se retorció por el placer pero fue capaz de murmurarle.
— Inu… Quisiera… Primero querría…- Aome se quedó atascada en sus palabras pero su hermano la comprendió perfectamente. Primero quería que él le hiciese el amor, y luego ya podrían pasar a practicar el sexo.
Él sabía que aquella era la primera vez de su hermana y quería que la recordase de la mejor forma posible.
Con delicadeza volvió a besarla en tanto que su hermana separaba las piernas despacio. Inuyasha le acarició el muslo y con cuidado comenzó a introducirse en su interior. Aome tenía los ojos cerrados pero su rostro todavía conservaba una expresión de placer. El chico introdujo su mienbro con mas deliquedeza notando un ligero desgarro y sintiendo como Aome se tensaba bajo él. Una pequeña lágrima salió de los ojos de su hermana para perderse en su cabello.
— ¿Pequeña? Oh Dios… ¿Te he lastimado?— preguntó Inuyasha con la voz ronca y besando suavemente a su hermana intentando reconfortarla. Al cabo de unos segundos Aome abrió los ojos y le sonrió.
— No te preocupes… No quiero que pares Inu. No quiero…—gimió Aome mientras mordía el cuello de Inuyasha que comenzó a moverse despacio.
Aome hizo un par de muecas de dolor, pero al cabo de unos instantes Inuyasha notó que ella se relajaba y se volvía más ligera. Aceleró un poco el ritmo y fue respondido con un fuerte jadeo por parte de su hermana a la que sonrió con satisfacción. Antes de ella Inuyasha solo se había preocupado por obtener placer para él mismo y lo que fuese de su acompañante le daba igual. Pero ahora descubría que también era muy excitante provocarle placer a otra persona y más si también su corazón latía por ella y no solo su cuerpo la reclamaba.
De pronto Aome enroscó sus piernas en torno a su cintura y lo introdujo más en su cuerpo. La joven se encontraba casi en estado de éxtasis. ¡Que bello y placentero era hacer el amor! Abrió los ojos y se encontró con los dorados de Inuyasha mirándola fijamente mientras la penetraba una y otra vez. Había tanta ternura y amor en la mirada de él que Aome sintió una fuerte opresión en el pecho. Ahora entendía la frase "amar te duele". No solo porque sufrieses por infidelidades o porque el amor es duro, sino porque cuando amas tantísimo a alguien, el sentimiento es tan intenso que se confunde con el dolor. Tambien saber que lo que estaban haciendo estaba mal, muy mal, Pero por ahora solo pensaria en su amado Inuyasha.
De pronto unos espasmos comenzaron a sacudir su cuerpo. Unos espasmos muy placenteros y, arqueando la espalda, Aome se aferró al cuello de su hermano mientras lanzaba unos grititos sin poderlo evitar.
Al notar a su hermana alcanzar el clímax, Inuyasha incrementó el ritmo mientras le besaba los pechos que fue en el momento en que ella comenzó a gimotear salvajemente mientras le agarraba el cabello. Tan solo un breve instante después Inuyasha notó que alcanzaba el orgasmo pero en unas proporciones hasta ahora desconocidas para él, y el solo pensamiento le provocó otra oleada de placer.
Aferrados el uno al otro, ambos jadearon con fuerza al saberse alcanzando la cúspide del placer juntos, Inuyasha mordio suavemente le cuello de su hermana dejandole una pequeña marca y cuando por fin terminaron, el cuerpo de Aome todavía tenía espasmos a cada segundo, en tanto que Inuyasha no conseguía que su respiración se normalizase.
—Pequeña… Te amo— volvió a decirle Inuyasha. Ella no le contestó y se limitó a abrazarle mientras recostaba la cabeza en su pecho. Él dio un largo suspiro, sentía algo nuevo… Algo que pocas veces en la vida había notado. Al menos no de forma tan clara y fuerte para él. Esa cosa tenía un nombre ¿no?… Umm… ¿Cuál era?¡Ah si!... Felicidad y Amor.
Taishita Taisho
Hola, aqui esta mi mundo de InuYasha, aqui podran disfrutar de sus aventuras y Travesias
jueves, 10 de mayo de 2012
sábado, 5 de mayo de 2012
miércoles, 18 de abril de 2012
viernes, 16 de marzo de 2012
La venganza de InuYasha Cap.11
Capítulo 11: ¿Sueñor?
Sueño de Kagome:
— Achu!...Achu! —se tapa la nariz y pone sus manos en el fuego.
Un hombre de cabellera plateada la mira y va con ella.
—No me digas que ya te enfermaste —le dice mientras pone su haori sobre ella.
—No, lo que pasa es que alguien debe estar hablando de mi...Achu! —se tapa la nariz otra vez.
—Ah, pequeña ingenua...¿quien querría estar hablando de ti?— pone su mano en la frente de la chica y luego en la suya— Mmm...se ve que no tienes fiebre...—
—Me gusta cuando te preocupas por mi —le dice mientras se sonroja y se apoya sobre él, también haciéndolo sonrojar.
—Mmm..me parece que si te esta dando fiebre...—le dice todo sonrojado.
—Ya dejalo, no le prestes atención...—le dice la chica.
Fin del sueño...
Kagome parpadea un poco, el sueño la tiene confundida ya que muchas veces sueña con ese hombre de cabellera plateada.
—Buenos días, ¿tienes hambre o quieres descansar un poco más? —le dice Seiya que esta a su lado.
—Emmm, si vamos a pescar algo para comer con el señor Inuyasha y sus amigos...hoy partiremos en busca de Naraku y creo que debemos llevar comida de más— le dice Kagome.
—Como tu quieras —le dice enojado, ya que la mención del nombre del oji-dorado no le gusto nada.
OoOoOoOoOoO
Mientras tanto el grupo que busca los fragmentos de Shikon empezaban a despertar.
—¡¡¡Buenos días!!!—grito feliz Sango asustando a sus compañeros.
—¡Aah! ¡¿Donde es el incendio?! —gritaron los muchachos asustados.
Sango los miro sonrojada, ella no quería asustar a los chicos pero hoy se había levantado de buen humor.
Después de discutir con la taijiya, el grupo se reunió con Kagome y Seiya.
—Buenos días, ¿nesecitan ayuda? —pregunto cortes mente el monje.
—Nop, descuiden ustedes desayunen y cuando quieran podemos empezar a viajar—les dijo sonriente la miko.
Todos estaban hablando amena mente, ya en la hora de partir, Kagome se interno en el bosque, Inuyasha al ver a la miko irse algo dentro suyo le dijo que la siguiera para ver que no le sucediera nada malo.
Kagome llego hasta 3 tumbas y se arrodillo frente a ellas.
—Inuyasha ven...—le dijo la miko, ella ya sabia que Inuyasha la seguía.
—¿Que sucede? —le dijo sonrojado, se sintió apenado verse descubierto.
—Esta es la tumba de mi familia...—decia la miko viendo esas 3 tumbas.
Inuyasha vio las tumbas y leyo: "Yusuke Urameshi", "Sasuke Urameshi", "Keiko Urameshi".
—¿Los extrañas? —le dijo el hanyou.
—No...se que suena mal, pero no los recuerdo...quisiera pero no, en ves de aparecerme unos recuerdos de ellos aparece...—la miko cayo de repente y volteo a ver al chico.
—¿Que sucede? —dijo incomodo Inuyasha al ver la intensa mirada de la sacerdotisa.
—No...él no puede ser el joven que veo en mis sueños...¿ o si?...pero el chico de mis sueños tiene una hermosa mirada y estos ojos son tan tristes...—pensaba la miko, no pudo aguantarlo más y salio corriendo del lugar dejando a un hanyou muy confundido.
Sueño de Kagome:
— Achu!...Achu! —se tapa la nariz y pone sus manos en el fuego.
Un hombre de cabellera plateada la mira y va con ella.
—No me digas que ya te enfermaste —le dice mientras pone su haori sobre ella.
—No, lo que pasa es que alguien debe estar hablando de mi...Achu! —se tapa la nariz otra vez.
—Ah, pequeña ingenua...¿quien querría estar hablando de ti?— pone su mano en la frente de la chica y luego en la suya— Mmm...se ve que no tienes fiebre...—
—Me gusta cuando te preocupas por mi —le dice mientras se sonroja y se apoya sobre él, también haciéndolo sonrojar.
—Mmm..me parece que si te esta dando fiebre...—le dice todo sonrojado.
—Ya dejalo, no le prestes atención...—le dice la chica.
Fin del sueño...
Kagome parpadea un poco, el sueño la tiene confundida ya que muchas veces sueña con ese hombre de cabellera plateada.
—Buenos días, ¿tienes hambre o quieres descansar un poco más? —le dice Seiya que esta a su lado.
—Emmm, si vamos a pescar algo para comer con el señor Inuyasha y sus amigos...hoy partiremos en busca de Naraku y creo que debemos llevar comida de más— le dice Kagome.
—Como tu quieras —le dice enojado, ya que la mención del nombre del oji-dorado no le gusto nada.
OoOoOoOoOoO
Mientras tanto el grupo que busca los fragmentos de Shikon empezaban a despertar.
—¡¡¡Buenos días!!!—grito feliz Sango asustando a sus compañeros.
—¡Aah! ¡¿Donde es el incendio?! —gritaron los muchachos asustados.
Sango los miro sonrojada, ella no quería asustar a los chicos pero hoy se había levantado de buen humor.
Después de discutir con la taijiya, el grupo se reunió con Kagome y Seiya.
—Buenos días, ¿nesecitan ayuda? —pregunto cortes mente el monje.
—Nop, descuiden ustedes desayunen y cuando quieran podemos empezar a viajar—les dijo sonriente la miko.
Todos estaban hablando amena mente, ya en la hora de partir, Kagome se interno en el bosque, Inuyasha al ver a la miko irse algo dentro suyo le dijo que la siguiera para ver que no le sucediera nada malo.
Kagome llego hasta 3 tumbas y se arrodillo frente a ellas.
—Inuyasha ven...—le dijo la miko, ella ya sabia que Inuyasha la seguía.
—¿Que sucede? —le dijo sonrojado, se sintió apenado verse descubierto.
—Esta es la tumba de mi familia...—decia la miko viendo esas 3 tumbas.
Inuyasha vio las tumbas y leyo: "Yusuke Urameshi", "Sasuke Urameshi", "Keiko Urameshi".
—¿Los extrañas? —le dijo el hanyou.
—No...se que suena mal, pero no los recuerdo...quisiera pero no, en ves de aparecerme unos recuerdos de ellos aparece...—la miko cayo de repente y volteo a ver al chico.
—¿Que sucede? —dijo incomodo Inuyasha al ver la intensa mirada de la sacerdotisa.
—No...él no puede ser el joven que veo en mis sueños...¿ o si?...pero el chico de mis sueños tiene una hermosa mirada y estos ojos son tan tristes...—pensaba la miko, no pudo aguantarlo más y salio corriendo del lugar dejando a un hanyou muy confundido.
La venganza de InuYasha Cap.10
Bueno este es un especial del pasado de Seiya, ojala les guste.
Capitulo 9: Seiya y Misaki
Seiya se encontraba recostado a la sombra de un gran árbol, todo parecia tranquilo, hasta que el ambiente se volvio denso y un gran youki se sintio.
El hanyou se puso alerta, saco su espada y espero a que el youkai apareciera.
Detras de unos grandes arbustos un demonio en forma de gato gigante blanco aparecio, al ver a Seiya el gato rugio.
—¿Quien eres y que haces en mis tierras? —dijo el gran felino.
—¿Tus tierras?, jajaja no me hagas reir... cualquiera sabe que estas eran las tierras de Inu No Taisho— dijo Seiya burlonamente.
—Si, pero el perrucho esta muerto y ahora estas tierras me pertenecen —dijo el gato mientras se avalansava sobre el medio demonio.
Seiya esquivo el ataque, guardo su espada y tomo la forma de un gran perro de color bronce.
El gato trato de tirarsele encima pero Seiya de una mordida tomo al gato de su lomo y lo arrojo contra un árbol.
El youkai enojado abrió su osico y grandes rayos salieron de su boca, aunque Seiya trato de esquivarlo no pudo evitar que un rayo le quemara la espada y volviera a su forma original.
—Jajaja, deberías saber bien que transformarte niño...—dijo el gato de formal burlona, pensando de tenia ganada esta batalla.
El hanyou apesar de sus heridas se levanto y saco su espada y con sus ultimas fuerzas ejecuto su poder.
—...¡¡Dokukyoku!!— grito y las ondas venenosas derritieron todo a su paso incluso al demonio.
Seiya con una sonrisa arrogante guardo su espada y se dejo caer.
Misaki pov´s
Pero que se creía esa Shiori, mandándome siempre, se que soy sacerdotisa y mi obligacion es ayudar pero esa mujer se pasa.
Después de pensar muchas cosas groseras sobre Shiori, una chica malcriada de mi aldea, pude ver a un joven recostado en el suelo con graves heridas, sin pensarlo voy en su ayuda.
—¡Oye!, ¿amiguito estas bien? ¡mira tu heridas!, tranquilo yo te voy a ayudar —decia pero cuando quise levantar al joven me di cuenta que pesaba mucho.
Después de muchos intentos pude llevarlo a la cabaña que en estos momentos usaba.
Cure las heridas de su espalda, brazos y piernas, cuando mi trabajo quedo concluido me palmee mentalmente sintiendo orgullosa.
—¡Kyaaa!, ¡soy la mejor! — tape mi boca rápida mente y me sonroje, el pobre muchacho estaba descansando y yo gritando como una desquisiada.
Me reprendí mentalmente y fije mi viste en el muchacho, era muy guapo, tenia el cabello de color bronce, una cejas finas pero masculinas y un cuerpo bien formado...
¡Diablos Misaki! ¿en que piensas?.
El muchacho despertó de apoco, yo me acerque a él, pero apenas me vio trato de pararse mientras sus ojos azules me miraban con desconfiansa.
—¿Quien eres? —el joven me miro de arriba a bajo, yo me sonroje —¡Eres una sacerdotisa! —grito.
—Oye es mejor que te recuestes, estas muy herido... debes descansar —le dije pero cuando quise acercarme me gruño.
—No te me acerques si no quieres que te mate —me dijo de una manera tan sombría que casi, casi me dio miedo.
—Ush!, sos un mal educado en sima que te curo las heridas vos me decís eso... por lo menos tendrías que darme las gracias—dije enojada.
—¿Gracias? —
—De nada —dije sonriente al que el solo me gruño, escuche voces afuera —Aah bueno es mejor que me valla, seguro Shiori se preguntara donde me metí en toda la tarde...bueno fue un placer conocerte amiguito— tome mis cosas y antes de marchar me voltee a verlo — Por cierto soy Misaki...—
Después de eso pase una semana sin verlo, en la mañana me encontraba luchando con un extraño youkai de 2 cabezas, esto se me complicaba más, cada vez estaba más cansada y cuando todo parecía perdido, mi príncipe de ojos azules me salvo.
—¿Estas bien? — me pregunto, yo solo asentí, después todo se volvió negro.
Desperté en una cabaña, tenia un paño húmedo en la frente pero al sentarme callo en mi regazo.
—Seiya...—escuche su voz.
—¿Eh?...—la verdad no entendía lo que el amigito me decía.
—Vos me dijiste que te llamas Misaki, pues yo soy...Seiya—me dijo todo sonrojado.
—Entonces, mucho gusto Seiya —le dije sonriente.
Seiya Pov´s
Ya había paso 3 hermosos años desde que conocí a la dueña de mi corazón.
Ahora estábamos en medio camino, ya que a Misaki le habían ordenado llevar un Zafiro que incrementa los poderes de la espada a un terrateniente.
Llevábamos mucho tiempo caminando y ahora la miko tenia que parar, aveces me molesta su condición humana, pero que se le va hacer, pero algo era seguro...
Tenia hambre y estaba aburrido y la muy tonta solo observaba bichos.
—Misaki, deja eso...siempre te gustan los bichos raros ¿no? —dije aburrido.
—Si me gustaste vos, entonces si...si me gustan los bichos raros jeje...—dijo Misaki mientras sostenía en su mano a un extraño escarabajo.
—Tks!, no molestes... ¿y bien? ¿cuando comemos? —pregunte mientras escuchaba mi estomago rugir.
Escuche a Miraki reír, se levanto y fue hacia el rió, antes de llegar sentí un fuerte youki, no me gusto nada pero antes que pueda advertirle a Misaki, ella fue atravesada en su torso derecho por un látigo venenoso.
—¿Quien se atreve a usmear en mis tierras?...—dijo un hombre alto de larga cabellera plateada y ojos dorados.
—Amo bonito, no deje que estos intrusos se valla, denle su merecido por invadir sus tierras...—decia un extraño youkai verde.
—Espere esto es un mal entendido, nosotros no sabíamos que esta eran sus tierras, pero ya mismo nos iremos..—decia dificultosa mente Misaki, el muy maldito la había herido.
Eso hizo que mi rabia y enojo crecieran, desenvaine a Doragon y empecé a batallar con él.
Pero mis ataques ni siquiera le hacían daño.
—Usted puede amo Sesshomaru, mate al intruso...—decia el asqueroso tipejo.
Yo sabia que el sujeto tenia razón para atacarnos, ya que yo no debía estar aquí sin su permiso, pero cuando hirió a Misaki no pude contenerme.
Estaba muy herido, el sujeto mando un latigaso de veneno pero una flecha sagrada impidió el ataque..
El sujeto miro hacia arriba y lanzo otro ataque hacia Misaki, ella grito de dolor, en mi enojo levante mi espada y lo herí en su hombro derecho.
Él solo me miro y después se elevo y desapareció en el aire.
Me levante preocupado a ver a la miko, ella estaba azul, el veneno la estaba afectando.
—Tranquila, te pondrás bien...—le dije, no quería perderla.
Llego el amanecer y Misaki empeoro, su vida pendía de un hilo y pude ver que su muerte era lenta y dolorosa.
—Por...por favor Sei...Seiya, deten...el...el dolor—me dijo, yo solo asentí, me era muy duro hacer esto pero ella estaba sufriendo.
La abrace una ultima vez, ella me susurro algo al oído, me separe de ella y nos besamos.
Esa era nuestra trágica despedida.
La recoste otra vez un el futon, desvaine mi espada, ella me sonrió y cerro sus ojos, le corte en un punto de su cuello con mi espada, no le di dolor a ella pero si a mi.
Envolví su cuerpo, la recoste en el rió y deje que el agua se la llevara, llore toda la noche.
En mis manos tenia su zafiro, lo fusione con mi espada, solo para poder tener mi venganza contra ese sujeto llamado Sesshomaru.
Al otro día simplemente volví a todo lo que hacia antes de Misaki, pero si fuera por mi yo la seguiría al otro mundo, pero no podía por lo que ella me susurro antes de morir: "vive".
Y eso es lo que haría, viviría por mi amada Misaki.
Capitulo 9: Seiya y Misaki
Seiya se encontraba recostado a la sombra de un gran árbol, todo parecia tranquilo, hasta que el ambiente se volvio denso y un gran youki se sintio.
El hanyou se puso alerta, saco su espada y espero a que el youkai apareciera.
Detras de unos grandes arbustos un demonio en forma de gato gigante blanco aparecio, al ver a Seiya el gato rugio.
—¿Quien eres y que haces en mis tierras? —dijo el gran felino.
—¿Tus tierras?, jajaja no me hagas reir... cualquiera sabe que estas eran las tierras de Inu No Taisho— dijo Seiya burlonamente.
—Si, pero el perrucho esta muerto y ahora estas tierras me pertenecen —dijo el gato mientras se avalansava sobre el medio demonio.
Seiya esquivo el ataque, guardo su espada y tomo la forma de un gran perro de color bronce.
El gato trato de tirarsele encima pero Seiya de una mordida tomo al gato de su lomo y lo arrojo contra un árbol.
El youkai enojado abrió su osico y grandes rayos salieron de su boca, aunque Seiya trato de esquivarlo no pudo evitar que un rayo le quemara la espada y volviera a su forma original.
—Jajaja, deberías saber bien que transformarte niño...—dijo el gato de formal burlona, pensando de tenia ganada esta batalla.
El hanyou apesar de sus heridas se levanto y saco su espada y con sus ultimas fuerzas ejecuto su poder.
—...¡¡Dokukyoku!!— grito y las ondas venenosas derritieron todo a su paso incluso al demonio.
Seiya con una sonrisa arrogante guardo su espada y se dejo caer.
Misaki pov´s
Pero que se creía esa Shiori, mandándome siempre, se que soy sacerdotisa y mi obligacion es ayudar pero esa mujer se pasa.
Después de pensar muchas cosas groseras sobre Shiori, una chica malcriada de mi aldea, pude ver a un joven recostado en el suelo con graves heridas, sin pensarlo voy en su ayuda.
—¡Oye!, ¿amiguito estas bien? ¡mira tu heridas!, tranquilo yo te voy a ayudar —decia pero cuando quise levantar al joven me di cuenta que pesaba mucho.
Después de muchos intentos pude llevarlo a la cabaña que en estos momentos usaba.
Cure las heridas de su espalda, brazos y piernas, cuando mi trabajo quedo concluido me palmee mentalmente sintiendo orgullosa.
—¡Kyaaa!, ¡soy la mejor! — tape mi boca rápida mente y me sonroje, el pobre muchacho estaba descansando y yo gritando como una desquisiada.
Me reprendí mentalmente y fije mi viste en el muchacho, era muy guapo, tenia el cabello de color bronce, una cejas finas pero masculinas y un cuerpo bien formado...
¡Diablos Misaki! ¿en que piensas?.
El muchacho despertó de apoco, yo me acerque a él, pero apenas me vio trato de pararse mientras sus ojos azules me miraban con desconfiansa.
—¿Quien eres? —el joven me miro de arriba a bajo, yo me sonroje —¡Eres una sacerdotisa! —grito.
—Oye es mejor que te recuestes, estas muy herido... debes descansar —le dije pero cuando quise acercarme me gruño.
—No te me acerques si no quieres que te mate —me dijo de una manera tan sombría que casi, casi me dio miedo.
—Ush!, sos un mal educado en sima que te curo las heridas vos me decís eso... por lo menos tendrías que darme las gracias—dije enojada.
—¿Gracias? —
—De nada —dije sonriente al que el solo me gruño, escuche voces afuera —Aah bueno es mejor que me valla, seguro Shiori se preguntara donde me metí en toda la tarde...bueno fue un placer conocerte amiguito— tome mis cosas y antes de marchar me voltee a verlo — Por cierto soy Misaki...—
Después de eso pase una semana sin verlo, en la mañana me encontraba luchando con un extraño youkai de 2 cabezas, esto se me complicaba más, cada vez estaba más cansada y cuando todo parecía perdido, mi príncipe de ojos azules me salvo.
—¿Estas bien? — me pregunto, yo solo asentí, después todo se volvió negro.
Desperté en una cabaña, tenia un paño húmedo en la frente pero al sentarme callo en mi regazo.
—Seiya...—escuche su voz.
—¿Eh?...—la verdad no entendía lo que el amigito me decía.
—Vos me dijiste que te llamas Misaki, pues yo soy...Seiya—me dijo todo sonrojado.
—Entonces, mucho gusto Seiya —le dije sonriente.
Seiya Pov´s
Ya había paso 3 hermosos años desde que conocí a la dueña de mi corazón.
Ahora estábamos en medio camino, ya que a Misaki le habían ordenado llevar un Zafiro que incrementa los poderes de la espada a un terrateniente.
Llevábamos mucho tiempo caminando y ahora la miko tenia que parar, aveces me molesta su condición humana, pero que se le va hacer, pero algo era seguro...
Tenia hambre y estaba aburrido y la muy tonta solo observaba bichos.
—Misaki, deja eso...siempre te gustan los bichos raros ¿no? —dije aburrido.
—Si me gustaste vos, entonces si...si me gustan los bichos raros jeje...—dijo Misaki mientras sostenía en su mano a un extraño escarabajo.
—Tks!, no molestes... ¿y bien? ¿cuando comemos? —pregunte mientras escuchaba mi estomago rugir.
Escuche a Miraki reír, se levanto y fue hacia el rió, antes de llegar sentí un fuerte youki, no me gusto nada pero antes que pueda advertirle a Misaki, ella fue atravesada en su torso derecho por un látigo venenoso.
—¿Quien se atreve a usmear en mis tierras?...—dijo un hombre alto de larga cabellera plateada y ojos dorados.
—Amo bonito, no deje que estos intrusos se valla, denle su merecido por invadir sus tierras...—decia un extraño youkai verde.
—Espere esto es un mal entendido, nosotros no sabíamos que esta eran sus tierras, pero ya mismo nos iremos..—decia dificultosa mente Misaki, el muy maldito la había herido.
Eso hizo que mi rabia y enojo crecieran, desenvaine a Doragon y empecé a batallar con él.
Pero mis ataques ni siquiera le hacían daño.
—Usted puede amo Sesshomaru, mate al intruso...—decia el asqueroso tipejo.
Yo sabia que el sujeto tenia razón para atacarnos, ya que yo no debía estar aquí sin su permiso, pero cuando hirió a Misaki no pude contenerme.
Estaba muy herido, el sujeto mando un latigaso de veneno pero una flecha sagrada impidió el ataque..
El sujeto miro hacia arriba y lanzo otro ataque hacia Misaki, ella grito de dolor, en mi enojo levante mi espada y lo herí en su hombro derecho.
Él solo me miro y después se elevo y desapareció en el aire.
Me levante preocupado a ver a la miko, ella estaba azul, el veneno la estaba afectando.
—Tranquila, te pondrás bien...—le dije, no quería perderla.
Llego el amanecer y Misaki empeoro, su vida pendía de un hilo y pude ver que su muerte era lenta y dolorosa.
—Por...por favor Sei...Seiya, deten...el...el dolor—me dijo, yo solo asentí, me era muy duro hacer esto pero ella estaba sufriendo.
La abrace una ultima vez, ella me susurro algo al oído, me separe de ella y nos besamos.
Esa era nuestra trágica despedida.
La recoste otra vez un el futon, desvaine mi espada, ella me sonrió y cerro sus ojos, le corte en un punto de su cuello con mi espada, no le di dolor a ella pero si a mi.
Envolví su cuerpo, la recoste en el rió y deje que el agua se la llevara, llore toda la noche.
En mis manos tenia su zafiro, lo fusione con mi espada, solo para poder tener mi venganza contra ese sujeto llamado Sesshomaru.
Al otro día simplemente volví a todo lo que hacia antes de Misaki, pero si fuera por mi yo la seguiría al otro mundo, pero no podía por lo que ella me susurro antes de morir: "vive".
Y eso es lo que haría, viviría por mi amada Misaki.
La venganza de InuYasha Cap.9
Aclaracion: Los personajes de InuYasha no son mios, son de Rumiko-sama, mis personajes son Seiya,Yoko y Misaki.
Capitulo 9: ¿Tú?
Seiya e Inuyasha se miraban mutuamente, como queriéndose matar con la mirada.
Seiya estaba a punto de gritar y echar a los intrusos de su casa cuando la miko intervino.
—¡Seiya!, esa no es forma de tratar a las visitas...ahora presenatate. —dijo la miko regañandolo.
—Tsk!, no molestes adem...—se giro a ver a la miko—...¡¡¿Que le paso a tu tobillo?!! —dijo preocupado el hanyou mientras se sentaba junto a la miko.
—No te preocupes, fue algo menor...no es nada, enserio— trato de convencerlo Kagome al ver que Seiya se sentía culpable.
—Lo lamento, debí estar ahí para protegerte...perdon—decia el hanyou.
—Descuida, además Inuyasha y sus amigos llegaron justo a tiempo...—dijo feliz la miko.
—¿Inuyasha?...ah! ya veo, con que tu eres el famoso Inuyasha, portador de Colmillo de Acero e hijo de Inu No Taisho —decia Seiya mientras inspeccionaba con la mirada al monje Miroku.
—Disculpa pero yo soy Miroku y soy un monje, ella es mi adorada esposa Sango y él —apuntando al hanyou oji-dorado— es Inuyasha...—dijo el bonzo.
—Uhg. que feo esta...—dijo Seiya
—Oyeme idiota, tu eres el que esta bien feote así que no molestes...—gruñia Inu.
—Oyeme cachorrito, a mi no me ladres ¿entediste debilucho?— decía burlona mente Seiya.
—¿Acaso quieres que te de una golpiza chico serpiente? —dijo enojado Inuyasha.
—Perro que ladra no muerde...además inepto, tu...—decia el hanyou, pero la miko intervino.
—Basta los 2, dejense de estupideces ¿si? —decia enojada la miko.
—Esta bien, pero esta vez no te golpeo porque salvaste a Kagome.—dijo sentadose cruzado de brazos.
—Keh! —dijo inteligentemente Inuyasha.
Ya era muy tarde y Kagome decidió darle su cuarto a los invitados y su cama a Sango y su "cachorro", y ella dormiría en la "cama" improvisada que Seiya hizo para ella.
Mientras en el cuarto del grupo que busca los fragmentos de Shikon...
—No puedo dejar de pensar en Seiya y Misaki...pero...el aura demoniaca de Seiya es pacífica, no veo ninguna gota de maldad en él y aunque tu —mirando a Inuyasha— discutiste con él, parecía ser un juego... fue como tu y Koga, no parece ser malo...—decia Miroku.
—Si yo también lo note, el no es malo...—decia Inuyasha serio, recordando cuando había hablado este tema con su querida Aome.
—Oigan, es idea mía o Kagome-chan se parece a ella —dijo Sango de improviso.
—¿Que?, mmm... ahora que lo dices es verdad se parecen un poco...—dijo Miroku.
—¡¡No!!, ¡ellas no se parecen! —dijo enojado Inuyasha, después de eso salio del cuarto.
—Aah, amigo...aunque duela tienes que dejarla ir...—pensó el monje.
Mientras en el bosque...
—Tsk!, no entiendo porque "esos" se tienen que quedar...—decia enojado Seiya.
—Porque salvaron mi vida Seiya, además ya te lo explique, si vamos con ellos sera más fácil encontrar a Naraku —la miko dio un largo suspiro —Ademas el señor Inuyasha parece alguien fuerte ...—
—¡¿Que?! — dijo enojado y celoso
—No te pongas así... solo lo digo pero, siento que sus ojos ya los había visto antes —dijo Kagome recordando a los ojos dorados de Inuyasha.
—¿Ahora me vas a decir que te gustan sus ojos? —dijo celoso el hanyou.
—Si, son hermosos...—sale del trance— jeje perdón pero es verdad —la miko se acerca a Seiya y le da un tierno beso en la mejilla.— Iré a descansar...—
Seiya veía como SU miko se iba a descansar para mañana poder viajar con el inepto y los humanos.
—Que se cree ese Inuyasha...Kagome es MÍA, yo la vi primero...no voy a dejar que me la quite — y con estos pensamientos Seiya también se marcho a descansar.
Capitulo 9: ¿Tú?
Seiya e Inuyasha se miraban mutuamente, como queriéndose matar con la mirada.
Seiya estaba a punto de gritar y echar a los intrusos de su casa cuando la miko intervino.
—¡Seiya!, esa no es forma de tratar a las visitas...ahora presenatate. —dijo la miko regañandolo.
—Tsk!, no molestes adem...—se giro a ver a la miko—...¡¡¿Que le paso a tu tobillo?!! —dijo preocupado el hanyou mientras se sentaba junto a la miko.
—No te preocupes, fue algo menor...no es nada, enserio— trato de convencerlo Kagome al ver que Seiya se sentía culpable.
—Lo lamento, debí estar ahí para protegerte...perdon—decia el hanyou.
—Descuida, además Inuyasha y sus amigos llegaron justo a tiempo...—dijo feliz la miko.
—¿Inuyasha?...ah! ya veo, con que tu eres el famoso Inuyasha, portador de Colmillo de Acero e hijo de Inu No Taisho —decia Seiya mientras inspeccionaba con la mirada al monje Miroku.
—Disculpa pero yo soy Miroku y soy un monje, ella es mi adorada esposa Sango y él —apuntando al hanyou oji-dorado— es Inuyasha...—dijo el bonzo.
—Uhg. que feo esta...—dijo Seiya
—Oyeme idiota, tu eres el que esta bien feote así que no molestes...—gruñia Inu.
—Oyeme cachorrito, a mi no me ladres ¿entediste debilucho?— decía burlona mente Seiya.
—¿Acaso quieres que te de una golpiza chico serpiente? —dijo enojado Inuyasha.
—Perro que ladra no muerde...además inepto, tu...—decia el hanyou, pero la miko intervino.
—Basta los 2, dejense de estupideces ¿si? —decia enojada la miko.
—Esta bien, pero esta vez no te golpeo porque salvaste a Kagome.—dijo sentadose cruzado de brazos.
—Keh! —dijo inteligentemente Inuyasha.
Ya era muy tarde y Kagome decidió darle su cuarto a los invitados y su cama a Sango y su "cachorro", y ella dormiría en la "cama" improvisada que Seiya hizo para ella.
Mientras en el cuarto del grupo que busca los fragmentos de Shikon...
—No puedo dejar de pensar en Seiya y Misaki...pero...el aura demoniaca de Seiya es pacífica, no veo ninguna gota de maldad en él y aunque tu —mirando a Inuyasha— discutiste con él, parecía ser un juego... fue como tu y Koga, no parece ser malo...—decia Miroku.
—Si yo también lo note, el no es malo...—decia Inuyasha serio, recordando cuando había hablado este tema con su querida Aome.
—Oigan, es idea mía o Kagome-chan se parece a ella —dijo Sango de improviso.
—¿Que?, mmm... ahora que lo dices es verdad se parecen un poco...—dijo Miroku.
—¡¡No!!, ¡ellas no se parecen! —dijo enojado Inuyasha, después de eso salio del cuarto.
—Aah, amigo...aunque duela tienes que dejarla ir...—pensó el monje.
Mientras en el bosque...
—Tsk!, no entiendo porque "esos" se tienen que quedar...—decia enojado Seiya.
—Porque salvaron mi vida Seiya, además ya te lo explique, si vamos con ellos sera más fácil encontrar a Naraku —la miko dio un largo suspiro —Ademas el señor Inuyasha parece alguien fuerte ...—
—¡¿Que?! — dijo enojado y celoso
—No te pongas así... solo lo digo pero, siento que sus ojos ya los había visto antes —dijo Kagome recordando a los ojos dorados de Inuyasha.
—¿Ahora me vas a decir que te gustan sus ojos? —dijo celoso el hanyou.
—Si, son hermosos...—sale del trance— jeje perdón pero es verdad —la miko se acerca a Seiya y le da un tierno beso en la mejilla.— Iré a descansar...—
Seiya veía como SU miko se iba a descansar para mañana poder viajar con el inepto y los humanos.
—Que se cree ese Inuyasha...Kagome es MÍA, yo la vi primero...no voy a dejar que me la quite — y con estos pensamientos Seiya también se marcho a descansar.
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